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Quejas de trabajadores de Samur porque dos compañeros trans físicamente varones visten el mismo vestuario

Quejas de trabajadores de Samur porque dos compañeros trans físicamente varones visten el mismo vestuario

El uso del vestuario femenino de las instalaciones de Samour por parte de empleados de ese servicio que se identifican como mujeres pero que físicamente son hombres ha abierto la bóveda de los truenos. Hace unas semanas, cientos de trabajadores enviaron una carta de protesta sobre este tema. El concejo municipal reconoce el malestar creado y asegura que está trabajando en un protocolo para conciliar los derechos de todos.

Las quejas de los empleados de Samur surgieron porque otras personas que antes utilizaban el vestuario de hombres pasaron a utilizar el vestuario de mujeres para cambiarse y ducharse, demostrando así un giro en la identidad sexual, según informa El Mundo. Este hecho provocó malestar entre varios usuarios habituales, quienes expresaron sus protestas en forma de carta dirigida a los responsables del servicio.

El delegado de Urbanismo, Medio Ambiente y Movilidad, Borja Carabante, defendió ayer que la dirección de Samur-Protección Civil cumplió con la ley al permitir el uso de vestuarios de mujeres a estas dos trabajadoras que se identifican como mujeres. “Pueden utilizar los vestuarios de mujeres de acuerdo con la ley trans”, recordó.

Sin embargo, ante las quejas del personal femenino, Karabante declaró que “ya se han llevado a cabo acciones de mejora en los vestuarios de Samour en 2023 y que se está trabajando en colaboración con los sindicatos y también con la Inspección de Trabajo para desarrollar un protocolo” “Nos permite conciliar el derecho que tienen las personas trans a utilizar los vestuarios de mujeres en este caso, así como el derecho que tienen el resto de trabajadores a la tranquilidad”, ha apuntado.

Los trabajadores que se quejan afirman que se viola su privacidad al tener que desvestirse o ducharse frente a personas que parecen físicamente masculinas. De hecho, afirman que así se sentían al ponerse o quitarse el uniforme de trabajo. Algunos sectores han propuesto como solución permitir un tercer camerino para las personas que se expresan como trans para evitar este conflicto de intereses.

Por Otilia Adame Luevano

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