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El colegio catalán, un ascensor social fuera de servicio

El colegio catalán, un ascensor social fuera de servicio

La semana pasada, la nueva ministra de Educación, la socialista Esther Niubo, compareció ante la Comisión de Educación del Parlamento de Cataluña.

Aproveché la oportunidad para preguntarle sobre la dirección de su ministerio. ¡Malas noticias! Todo seguirá como con los malogrados consejeros de ERC González Cambray y Simó: se seguirán aplicando las mismas metodologías y pedagogías que condenaron a las escuelas catalanas a niveles insuficientes; Seguiremos imponiendo el monolingüismo del catalán, impugnando decisiones judiciales que exigen que el español sea también la lengua principal, y seguiremos adoctrinando a nuestros hijos (hipersexualización, LGTBI, política separatista).

Veamos los problemas acuciantes que afectan al sistema educativo catalán, aunque el nuevo conseller no quiera afrontarlos, hundiendo la cabeza en la arena como un avestruz sudafricano.

El principal problema de la escuela catalana es que ignora y reduce sus demandas cognitivas. El Ministerio de Educación insiste en que no existe ningún conocimiento valioso que los estudiantes deban adquirir a través de lecturas extensas, aprendizaje de memoria o memorización frecuente a través de exámenes para luego reflexionar objetivamente y por lo tanto de manera crítica, no.

Con esto se devalúa el conocimiento y la escuela, vaciándose de argumentos para defender su esencia, se reduce a entretener a los estudiantes, convirtiéndose en una especie de chiquiparque, con mucho caos electrónico y digital, para que los estudiantes no lo hagan. No te aburras. , Por supuesto.

Pero los padres que no somos tontos sabemos que hay conocimientos valiosos que nuestros hijos necesitan aprender y no nos conformamos con las habilidades blandas, las habilidades fluidas y la educación emocional. Por eso nos esforzamos por compensar este terrible déficit con actividades extracurriculares. Sin embargo, no todas las familias tienen éxito: las familias con menos recursos no tienen otras alternativas.

La Generalitat confirma que hay que dar prioridad a la lucha contra la segregación escolar. Pero si tenemos en cuenta el último informe PISA, España presenta un índice socioeconómico y cultural similar al general de la UE y muy cercano a la media de la OCDE, al igual que Cataluña. Es decir, en España (y también en Cataluña en particular) el impacto del índice socioeconómico y cultural es uno de los más bajos entre los países, por lo que se puede decir que España es uno de los países con mayor equidad en términos de de su sistema educativo.

Sin embargo, Cataluña es la región de España que sufrió la mayor caída en el rendimiento de los estudiantes en comprensión lectora, matemáticas y ciencias. Los alumnos catalanes están todo un curso académico por debajo de los alumnos de Castilla y León que mejores resultados obtienen. Es decir, un alumno de 4º de ESO en Cataluña tiene el nivel de un alumno de 3º de ESO en Castilla y León. ¿Cómo se explica entonces esta disfunción?

Para combatir los malos resultados y la situación que los provocó, desde Vox proponemos tres acciones principales: en primer lugar, derogar los actuales decretos anuales sobre organización de la educación básica (los llamados programas), porque se basan en métodos educativos, de los que carece. evidencia para apoyar sus premisas neurocientíficas y que en cambio ha causado el colapso de nuestro sistema educativo.

Estas metodologías potencian el aprendizaje a través de habilidades, proyectos y autodescubrimiento, favoreciendo el desarrollo de las materias, centrándose en la transferencia al estudiante de empatía, autoestima y emociones, actitudes y percepciones que prevalecen sobre los conocimientos. También imponen el monolingüismo al catalán, reduciendo el español a una materia entre otras, a pesar de que el 55% de los catalanes tienen el español como lengua materna, lo que significa que los estudiantes hispanohablantes sufren un 12,5% más de abandono escolar que los catalanes.

Es necesario lograr que las familias puedan enseñar a sus hijos en español en todo el territorio nacional. El papel de la lengua catalana en la escuela debe ser el de un medio de comunicación eficaz al servicio de la transmisión de conocimientos, conocimientos y cultura que los estudiantes catalanes deben adquirir según su edad. Igual que el español. Porque Cataluña es desde hace 500 años una región bilingüe, donde conviven dos mayorías, lengua nativa, oficial y materna: la catalana y el castellano.

En segundo lugar, el impulso de un sistema educativo basado en la cultura del esfuerzo y la búsqueda de la excelencia, con exámenes obligatorios para superar cada ciclo educativo y con pruebas de competencias básicas y selectividad idénticas para toda España. Del mismo modo, los centros más complejos deberían contar con más recursos materiales y humanos.

Por último, establecer un distrito escolar único para garantizar la libre elección de escuela para las familias y combatir eficazmente la segregación y emitir vales escolares a las familias.

Por Otilia Adame Luevano

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